Bullying: una cuestión de todos

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El bullying, ¿qué es?

En alguna ocasión todos hemos oído hablar de bullying o acoso escolar alguna vez, incluso en otros contextos diferentes al educativo aunque no sea correcto el término en estos casos, pero es importante identificar correctamente si se trata realmente de un caso de acoso escolar o es una pelea o agresión puntual.

El acoso escolar es: "un comportamiento agresivo y no deseado entre niños en edad escolar que involucra un desequilibrio de poder real o percibido". Estos comportamientos se mantienen en el tiempo y la víctima puede sufrir maltrato físico, psicológico y/o verbal. Se pueden dar por tanto insultos, empujones, burlas, amenazas, golpes, rumores, aislamiento, comentarios sexuales y otros.

El bullying tiene consecuencias negativas en las personas que lo padecen, pero también en los testigos, los acosadores y la propia comunidad educativa.

¿Está de moda?

Si echamos la vista atrás, seguro que recordamos situaciones agresivas hacia algún compañero o compañera de clase e incluso hacia nosotros mismos. El niño de las gafas, la niña con un nuevo aparato, el que tenía sobrepeso, el que era muy delgado o simplemente alguno que hizo un comentario mal afortunado o le tenían envidia; y puede que sin saberlo o sin darle apenas importancia, estábamos ante una situación de acoso escolar camuflada por la idea de que eran “cosas de niños”. 

Múltiples famosos reconocen y expresan públicamente que han sido víctimas de bullying, con el fin de poder ayudar a menores que lo estén padeciendo y motivarlos para pedir ayuda y terminar con esa situación. Testimonios como el de Tom Cruise que dice haber sufrido maltrato por parte de sus compañeros por su dislexia y baja estatura, la cantante Rihanna por el color de su piel e incluso la propia Lady Gaga que habla del maltrato sufrido, cómo afectó esto a su autoestima y que hoy en día tiene una fundación que lucha contra el acoso escolar en las aulas: “Born This Way Foundation”.

A veces se escuchan comentarios que aluden a estas situaciones, como “esto se ha hecho toda la vida y no pasaba nada”, pero lo cierto es que aunque siempre haya pasado, no quiere decir que las personas que lo hayan sufrido no tengan importantes secuelas que arrastran a lo largo de su vida, que intentan mantener escondidas, pero que han afectado a su autoestima, seguridad e incluso a su manera de relacionarse con los demás. Otros, desde la resiliencia, se hacen más fuertes y resistentes, aunque a base de sufrimiento, y ¿es esto necesario para que un niño/a sea más fuerte? Desde luego que no.

En nuestro país, se registraron desde enero de 2021 a febrero de 2022, un total de 11.229 casos graves de bullying, lo que coloca a España en un país con alto nivel en casos de bullying a nivel mundial. Y esto, por supuesto, repercute negativamente en la experiencia escolar y su estancia en el centro educativo que debe ser, ante todo, un lugar seguro y que fomenta el bienestar y el aprendizaje.

Responsabilidad de todos

Ante una situación de maltrato o un caso de acoso escolar, no sólo la víctima se ve perjudicada, sino también el acosador y los observadores. Estas situaciones suelen ocurrir cuando no hay un adulto presente, en los cambios de clase, los baños o a la salida del centro escolar, y muchas veces por miedo a las represalias o por no saber cómo ayudar a un compañero, surge la ley del silencio y los adultos no tenemos noticias de la situación hasta que se vuelve realmente grave. 

Por todo ello, es fundamental que los adultos podamos identificar las señales de alarma que nos indican que algo está ocurriendo y además hacer saber a los menores que estamos a su disposición para ayudarles cuando lo necesiten.

Cualquier niño puede llegar a ser víctima de acoso escolar, los agresores necesitan también apoyo puesto que ejercer violencia hacia otros también tiene sus consecuencias negativas en ellos. Aprender otras maneras de relacionarse y gestionar sus emociones de forma sana y adecuada es parte del trabajo que podemos hacer con ellos. No damos la espalda, no tenemos miedo y afrontamos con responsabilidad el apoyo que necesitan entre todos los miembros de la comunidad.

¿Cómo intentar prevenirlo?

Si trabajamos desde la prevención podemos evitar que una situación puntual de violencia se convierta en un caso de bullying.

Para empezar, debemos trabajar para mantener una buena comunicación con los menores, hacerles saber que los adultos estamos ahí para ayudarlos, acompañarlos y guiarlos en las situaciones que no sepan cómo resolver. Por eso, la escucha es fundamental, a través de ella mostramos interés por lo que piensan, sienten y damos valor a las experiencias que van teniendo y que desean compartir con nosotros. Por otro lado, damos la importancia que se merece a las situaciones que nos comparten, evitando decir que son tonterías, que no tiene importancia o que ya se le pasará, sino que damos el espacio para que se exprese libremente, identificamos sus emociones y buscamos posibles soluciones para cada situación que plantea como un problema.

No siempre los menores quieren o pueden compartir situaciones que les preocupan, y por ello también es de suma importancia la observación. Cuando estamos atentos y nos fijamos en posibles cambios de humor, reticencia a ir al cole o emociones como ira y tristeza más constantes, podemos estar ante una situación que puede generar en un caso de Acoso escolar, así que no debemos bajar la guardia y preguntar, comentarlo con otras personas, buscar información al respecto y apoyo para poder gestionarlo bien desde el principio evitando que vaya a más.

Para el grupo, en el aula y por parte del profesorado, la educación en igualdad, tolerancia y respeto será la base para una mejor convivencia entre el alumnado. Recordar que somos su ejemplo, por tanto, los gritos, acusaciones, chantajes o burlas son conductas agresivas y a veces normalizadas por parte de los adultos, pero no olvidemos que, si ejercemos violencia, generamos más violencia.

Somos parte de la solución, vamos a tener la información necesaria para saber cómo identificarlo, qué hacer, cómo acompañar y prevenir el acoso escolar en los menores, permitiendo así una infancia más feliz. Tolerancia cero ante la violencia entre iguales.

Desde Gamue ayudamos y asesoramos a padres y niños de cómo actuar ante este tipo de situaciones tan complejas de sobre llevar en ocasiones. Contamos con un equipo de profesionales que pueden tratar estos casos que en ocasiones son muy complejos y por lo tanto necesitan de ayuda externa para poder solucionarlos. 

Este martes 22 de marzo a las 18 horas de manera online y el viernes 25 de marzo a las 10 horas o a las 17 horas de manera presencial, volvemos con nuestros talleres de Escuela de Familias que tratará el Bullying y todo lo que implica. Si quieres inscribirte, mándanos un email a info@gamue.es o a través de nuestro teléfono 648 90 39 03.